Fundadora

“Tras las huellas de la Madre y Maestra de esta Casa: Beata Ana María Janer”

FUNDADORA CONGREGACIONAL

CERVERA (1ª etapa) 1800 – 1840

Todo comenzó el 18 de Diciembre de 1800, nace Ana María, en Cervera: “tierra de cultivos”. El hombre se asemeja a la tierra donde ha nacido. Así queda marcado desde que nace. Los cultivos de la Segarra marcaron la personalidad de Ana María:

  • Como el Trigo: se entrega a todos para saciar el hambre del que sufre; del que se siente necesitado, del que se encuentra solo.
  • Como el Olivo: entregó ese aceite bueno que cura las heridas del corazón humano y mantiene encendida la lámpara de la fe, la esperanza, la caridad.
  • Como el Almendro: primera flor que se abre después del invierno, siempre estuvo atenta, despierta a las necesidades de sus hermanos. Como el almendro, ser la primera en responder a cualquier solicitud.

Al día siguiente es bautizada en la iglesia parroquial de Santa María. En esta pequeña ciudad vivió y creció. La experiencia de una familia, donde se cultivan y crecen lazos profundos, donde se conjuga trabajo honrado y piedad, marca para siempre su vida. Y le da la confianza básica sobre su propio valor y la certeza de saberse amada.

Desde niña emergen dos rasgos fundamentales que se repetirán en su prolongada vida:

  • Participa activamente en diferentes movimientos parroquiales que fortalecen su vida de fe.
  • Deja sus gustos para atender al pequeño José que estaba enfermo de tristeza; su dedicación salvó la vida del niño.

El 25 de enero de 1819, en el Hospital de Cervera, llamado de Castelltort en honor a su fundador, se consagra totalmente a Dios como Hermana de la Caridad, como respuesta al amor de Dios que experimentó desde su juventud.        

LA VALL  D’ORA

1836: Al estallar la primera guerra civil española, a pedido de Don Carlos de Borbón, Madre Ana María junto con otras hermanas, se hace cargo de los hospitales de campaña en las tierras de la Segarra, del Solsonés y del Bergadá.

1838: La Madre y sus hermanas permanecen en La Vall D’ora hasta el fin de la guerra, atendiendo a los soldados heridos de ambos bandos, sin distinción. Y es aquí donde todos comienzan a llamarla: ¡MADRE!

1840: Al finalizar la guerra, la Madre Janer debe emprender, desde este lugar, el camino al destierro, hacia Tolouse, Francia, ya que la guerra fue ganada por los Isabelinos. Allí permanece cuatro años, para luego retornar a Cervera, cuando la situación política de España se lo permitió.

CERVERA 1844 – 1859 (2ª etapa)

Ana María vuelve a servir a los enfermos del Hospital hasta que, en 1849 asume la dirección de la Casa de Caridad o de Misericordia de la ciudad, dedicada a los pobres y desvalidos, especialmente a los huérfanos y ancianos.

Los cuarenta años vividos por la Madre en Cervera (sumando las dos etapas), interrumpidos por la guerra y un período de destierro, forjaron su personalidad humana y religiosa.

Lleva consigo su profunda experiencia de Dios, de vida religiosa, de servicio de caridad, siempre cercana a la realidad concreta y a las necesidades del hombre de su tiempo

SEO DE URGEL  1859 – 1869

El Obispo José Caixal y Estradé le pide, a través de la señorita Francisca Viladomat, que se haga cargo del Hospital de la ciudad de Seo de Urgel. La Madre Janer, en la plenitud de los 58 años de edad, con la riqueza de su vida entregada al servicio de Dios y de los necesitados, viendo en ellos a Jesucristo, da respuesta a la solicitud pastoral del Obispo José Caixal. Deja Cervera y parte para fundar el nuevo Instituto.

 

Llegó a Seo de Urgel el 29 de Junio. Encontró un Hospital con muchas necesidades, lleno de enfermos, desvalidos y transeúntes. Su caridad se hizo presente allí, al igual que su espíritu previsor, amable, sencillo y prudente. El 24 de Abril de 1860, el Obispo José Caixal concede la aprobación diocesana a la regla de vida del naciente Instituto. Los diez primeros años configuran todo un estilo y proyecto de vida, que el Señor bendice con vocaciones y obras apostólicas. Ya desde 1860 la educación de niñas en las escuelas de las pequeñas poblaciones de la vasta diócesis de Urgel es asumida por las religiosas de la Madre Janer.

Una segunda guerra civil obligará a las hermanas a dejar el Hospital de Urgel y refugiarse en Andorra.

TALARN 1874 – 1885

En abril de 1874 el Padre José Mañanet, es nombrado Director del Instituto, por el Obispo José Caixal, quien se hallaba fuera de la diócesis por su cargo de Vicario Castrense.  El Padre Mañanet decide trasladar a Talarn a las dos novicias y hermanas exiliadas en Andorra.  El 12 de Octubre de ese mismo año aprueba otras reglas y el instituto comienza a llamarse de la Sagrada Familia.  La tercera guerra civil ya no permitirá al Obispo Caixal retornar a su sede.  Prisionero y luego desterrado fallece en Roma en 1879.

Los cambios introducidos, especialmente los referidos a la clausura y la dependencia del Instituto del mismo Superior General de los Hijos de la Sagrada Familia (fundación del Padre Mañanet), significaron años de postergación y silencio, que la Madre Janer vivió con profunda fe y humildad.  A fines de 1879, Salvador Casañas, nuevo obispo de Urgel, asume la dirección del Instituto e inicia un proceso de organización canónica del mismo.

Este proceso culmina el 19 de marzo de 1880 con el primer Capítulo General, la elección de Madre Ana María Janer como Superiora General y la vuelta al carisma y espiritualidad propios.

1885: A las 11 de la mañana del 11 de Enero, mientras las Hermanas rezaban la décima estación del Vía Crucis, la Madre Ana María muere.  Sus últimas palabras: “Fill meu” (hija mía), dirigidas a una novicia cuya madre había fallecido en esos días.  Y su último deseo: “Morir como penitente, por Amor a Cristo Jesús, que por mí expiró clavado en la cruz”.  Después de una larga vida de entrega fiel al Señor a quien vio y sirvió en todo hermano necesitado, seguramente escuchó las palabras esperadas: “Entra, porque tu lámpara siempre ardió”.

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